Corazones latiendo

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Perdón si no te supe amar...


Llevo queriendo escribir esto 365 días del año.
Aún no sé qué hacer. Aún no sé cómo, ni porqué me levanto cada día.
Antes tenía un propósito, tú, pero estos 365 días se me han hecho duros y vacíos sin ti.

Fuiste arrebatado de mi lado, te fuiste una noche como la de hoy hace 365 días. No nos dio a terminar muchos de nuestros sueños, no nos dio tiempo a terminar muchos de nuestros caminos. Nos quedamos a medio camino, y yo me encuentro completamente perdida. Podrías haberme dejado un destino, un camino o un simple mapa... Pero me quedé sin nada, cuando te perdí.

Nunca entenderé cómo era posible que tú, sonrieras siempre. A ti, a quien la vida te ha tratado tan mal, nos tenías que animar a los demás. Eras nuestro muro de contención, te fuiste y todo se derrumbó. Todos nos vinimos abajo, yo aún no se donde está la luz en esta oscuridad vacía. Oscuridad en la que tú eras mi luz de cada día.

¿Cómo te va? ¿Estás bien? ¿Te gusta verme sonreír cuándo es sincera? ¿Te encelas cuándo ves a otros abrazarme y darme esos consejos qué deberían ser tuyos? ¿Te frustras conmigo cuándo ves que hago las cosas mal? ¿Por qué no me enseñaste a llorar en los días tristes y a reír en los días alegres? Tú lo hacías, tú eras capaz de mostrar todos y cada uno de tus sentimientos, y sé que lo intentabas conmigo, quizás lo debí intentar más... Quizás debí estar más contigo, quizás no aproveché demasiado los momentos, quizás siempre pensé que lo superarías y estarías aquí siempre. Ayudándome en cada caída, alejándome de cada piedra y rescatándome de cada pozo...

Recuerdo preguntar, "¿cómo superas algo?", creo que simplemente no lo superas, si no que cada día duele menos, cada día se hace más ligera la despedida. Simplemente te acostumbras a llevarlo encima, a revivirlo cada 365 días y a llorar en silencio otros tantos. Hasta que te acostumbras a ello, hasta que lo llevas tan dentro de ti que simplemente es un trozo más de ti.

Tú más que nadie sabes que estoy intentando ser feliz, sonreír de verdad, reír de verdad. Pero, no siempre puedo, no siempre me sale, porque con quien quiero compartir estas sonrisas, estás risas, es contigo. Duele recibir noticias buenas, y a quien quiero contárselo primero es a ti. Duele muchísimo, incluso aunque sepa que eres el primero que lo ha sabido, porque has estado ahí, porque sé que estas conmigo siempre. Pero duele. No es lo mismo.

¿Sabes qué el cascabel ha durado 365 días? El color ya se fue. Pero el dolor sigue ahí. Dijiste que en cuanto se fuera el color, también se iría el dolor, pero no ha sido así. Y no creo que algún día se vaya.
Ese cascabel que fue tu último regalo, la última cosa que tocaste, siento como si estuvieras ahí siempre conmigo, te juro que te  puedo notar. ¿Seguirás ahí siempre conmigo? ¿Prometes mantener la promesa de que nunca me vas a abandonar? Ojalá te vuelva a encontrar. Ojalá algún día pueda volver abrazarte. Ojalá algún día pueda volver a verte, escuchar tu voz.

¿Podrías bajar un rato y darme unos de tus abrazos? Por favor. Cuídanos ahí donde estás.

Will you be my nightingale? I will be.