Corazones latiendo

lunes, 15 de octubre de 2012

Podré.

Comienzo a olvidar la textura de tu piel, lo que me hacía sentir un abrazo o un beso tuyo, el sabor de tus labios y tu olor. Poco a poco lo voy olvidando todo de ti, y simplemente vuelvo a ser yo. Sin tener que depender de saber si te conectas o no, de no estar visitando tu perfil cada rato y de mirar hace cuanto tiempo que te has desconectado. Ya no necesito eso, ya no. Mi corazón poco a poco está volviendo a ser independiente y sé que cuándo lo sea del todo podré borrar cada palabra tuya de todos los lugares que los dejaste. Cada mensaje que me escribiste, cada foto que me dedicaste. Lo podré borrar y olvidarme que un día fuimos algo. De qué hace un tiempo te quise más que todo lo que te imaginabas, que me creía cada una de tus palabras. Que volví a caer en el juego del amor y en el juego de terminar sufriendo por amor.

Sé que soy de nuevo yo, la que evita y pone barreras a su alrededor, la que es distante y fría. La que no quiere conocer a desconocidos, la que está mejor con sus amigos. Barreras que hacen que de nuevo sea fuerte, o por lo menos eso quiero que parezca, y que deje de llorar de una vez cada noche. Cada noche que veo que cada día que pasa no te tengo conmigo, y que ya para ti he pasado a la historia, mientras yo, estúpida sigo donde estoy.
-Tienes los ojos llorosos.
-Sí, es qué bostecé...

Ahora me doy cuenta que no tengo un motivo para llorarte, se que los recuerdos estarán siempre ahí y que no hay manera de olvidarlos. Espero también que llegue el día en el cual dejes de aparecer en mis sueños, si ese día sabré que te he sacado de mis adentros. Y sé que cuando te vea, serás un simple amigo más, alguien que me hizo muchísimo daño y que lo quiero tener lejos para no caer en la tentación de nuevo.

No te deseo ningún mal, pero ojalá te enamorases y experimentarás el amor plenamente y que no te sea correspondido...

Vuestra presencia.

Ya no tengo que fingir alguien que no soy, he dejado de fingir algo que no era. He encontrado mi sitio, mi gente; he encontrado al fin personas que me entienden con solo mirarme, un gesto. Siempre he tenido esas barreras para todo, y ya desde hace un tiempo he dejado de tenerlas.
He encontrado a esas personas a la cuál confío cada paso que doy, cada pensamiento y he vuelto a ser yo.
Me han aceptado tal y como soy; han vivido tantos cambios conmigo que ya se han acostumbrado. Me aguantan y aún sabiendo que no entienden de muchas cosas que a mí me gustan, muestran interés por aprender. O al revés, por enseñarme. Me tranquiliza saber que los tengo a mi lado.
Si nos mandarán a ciudades diferentes durante un año no aguantaría ni tres días sin ellos, los necesitaría, pero sobre todo echaría de menos sus presencias.
No me acostumbraría a no tenerlos cada día que pasa a mí lado.
Me he acostumbrado tanto a sus presencias que después me costará estar sin ellos.