Corazones latiendo

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Todo sucede por algo.

No puedes esperar a que tenga la misma confianza, no puedes esperar que te cuente todo de nuevo. No esperes que sea como siempre, he cambiado. De una forma u otra he madurado. He dejado todas esas cosas que tenía contigo aún lado, sí, tengo que decir que tengo mis momentos de locuras, pero no son las mismas. Ya no son las mismas cosas, he cambiado y tú no has estado ahí para compartirlo conmigo y por decirlo de una manera te has quedado atrás.
Hay secretos entre nosotras que no quiero contarte, hay momentos que ya no quiero vivir contigo, hay recuerdos que no quiero recordarlos, ya no. Me he cansado de esta falsedad. De ponerte sonrisas falsas, de darte abrazos sin sentido. No puedo darte algo que no siento. Para mí, ahora mismo simplemente eres una compañera de clase, a la cuál no quiero contarle mi vida, porque no tengo esa confianza para hacerlo y que en un curso no lo vas a conseguir.
Justamente después de este verano noté que está amistad terminó. Puedo decir que tú y yo estamos en otro círculo, que yo ya he encontrado mi sitio y a mis dos grandes personas que me han apoyado en cada paso que he dado, y que han estado conmigo cuándo más lo he necesitado.
¿Y tú? No, tú no estabas. Y eso, se queda guardado en el corazón más que muchos momentos felices.
Porque se sabe quienes son verdaderos amigos no por todas las tonterías que se viven juntos, si no por las veces que han estado contigo cuando lo has necesitado. Y tú ahí no has estado.
Siento decir que yo ya he encontrado mi círculo, mi sitio, mis apoyos, y tú, tú no estás en él.
La amistad se tiene que cuidar, si no se puede terminar marchando sin que te des cuenta.